En estos días de confinamiento he recibido varias peticiones en las sesiones de mentoring para emprendedores sobre por dónde se debe empezar un proyecto emprendedor y cuales son los elementos clave para reconocer una oportunidad de negocio.
Esta situación que estamos viviendo hace que algunas personas puedan retomar alguna idea sobre un proyecto propio que estaba olvidado en un cajón. Otras necesitan reinventar sus negocios o reinventarse ellos mismos para conocer sus aptitudes y encontrar nuevas soluciones para el post confinamiento.
Durante el confinamiento nuestras mentalidades han cambiado y como usuarios vamos a actuar y consumir de modo diferente. Con ello, los proyectos emprendedores nacen y los que ya existen deben adaptarse a esta nueva normalidad analizando cuidadosamente éstas nuevas necesidades de los usuarios y las normativas de higiene y seguridad a seguir.
Es en este preciso momento de empezar a construir algo nuevo o modificar lo que ya existe donde el mentoring para emprendedores nos va a ayudar. ¿Y cómo?
Uno de las técnicas del proceso del mentoring que ejecuta el mentor con su mentee, es establecer una conversación a partir de preguntas oportunas para que el mentee intente dar respuestas y analice cada una de ellas con detenimiento para alcanzar sus objetivos.
Esta técnica se puede trasladar a lo largo del proceso emprendedor y, en especial, en la fase inicial donde nos debemos cuestionar todo lo que ocurre alrededor.
En la fase inicial del proceso emprendedor solemos partir de una idea determinada por la persona emprendedora quien empieza a construir a partir de esta idea predeterminada. Si se sigue esta camino, se está avanzando sin analizar el entorno, el contexto donde vivimos y operamos.
El proceso emprendedor arranca de un problema a resolver y/o necesidad a cubrir que comparte un grupo de personas (usuarios/segmento de cliente) en el que la persona emprendedora se ve identificada. Por este motivo, en la fase de arranque de un proceso emprendedor el mentoring para emprendedores ayuda a analizar en profundidad de este problema o necesidad a través de dar respuesta a las siguientes preguntas:
La necesidad/problema que se ha detectado deriva en otros problemas relacionados. ¡Lístalos! De este modo habrás detectado más necesidades a cubrir, la oportunidad de tu proyecto será más rica y vas a tener más conocimiento sobre todas las necesidades que se generan alrededor del problema inicial identificado. Si tomamos como ejemplo la compra de alimentos en la situación actual de confinamiento, otros problemas que se derivan pueden ser garantizar el espacio de seguridad, medidas preventivas en envasado de productos, aumento de precios de determinados productos, dificultad de encontrar servicio a domicilio, …..
Debemos establecer el perfil de los usuarios que tienen el problema o necesidad. Normalmente tendemos a pensar en grupos de personas: familias, adolescentes, tercera edad… pero también existen organizaciones/entidades que tienen el problema o necesidad detectado: comercios, centros sanitarios, residencias, escuelas…. Trata de definir las características principales de cada uno de ellos. Cuantos más segmentos identifiques mejor conocerás las necesidades y problemáticas de cada uno para intentar buscar una solución de valor para cada uno en etapas posteriores del proceso emprendedor.
Debes identificar en qué momentos concretos tienen lugar los problemas o necesidades detectados. Estos momentos pueden ser un momento del día concreto o un momento previo a la adquisición de productos o servicios o la experiencia que se desea realizar, durante el proceso de adquisición o disfrute y después de haberlo adquirido o disfrutado (post-compra). La respuesta a cuando también puede variar. Dependiendo si consideramos un segmento u otro de los identificados en la pregunta anterior; con lo que nuestra lista de necesidades sigue aumentando.
Debemos determinar un lugar concreto en el qué sucede el problema o necesidad. Éste puede ser un lugar físico o virtual: en un establecimiento supermercado, en la sala de espera, en el catálogo virtual de productos, en la conexión,…
En este apartado se tienen que concretar los motivos por los cuales sucede el problema o necesidad. Los motivos pueden ser de todas las preguntas anteriores. Es decir, motivos del lugar dónde ocurre el problema, el momento en qué ocurre, el segmento que lo tiene, o de los propios problemas/necesidades identificados. Si seguimos con nuestro ejemplo, algunas de las respuestas a el POR QUÉ puede ueva normativa a aplicar por ley, disminución del servicio de transporte, miedo a realizar la compra, falta de seguridad…
Y, como en toda sesión de mentoring para emprendedores, ahora es el momento de que analices todas las respuestas que le has dado a las anteriores preguntas y decidas por dónde continuar. Qué problemas no vas a resolver y cuáles sí quieres resolver. De éste modo fijarás unos objetivos para buscar una solución que englobe las problemáticas/necesidades que quieres resolver. Esta solución es tu idea de negocio.
¿Nos vemos en el siguiente post? y, ¿continuamos aplicando el mentoring en tu proceso emprendedor?
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De un tiempo a esta parte, no dejan de bombardearnos con información respecto a que crear nuestro propio negocio es la mejor salida laboral hoy en día, pero ¿acaso nos enseñan cómo emprender con seguridad?
En cuanto a los inconvenientes que nos podemos encontrar como emprendedores, las cuestiones sobre las que más se habla son el gran esfuerzo en horas de dedicación que supone, lo difíciles que pueden ser los comienzos y la financiación inicial, así como los planes de empresa que hay que realizar para dotar al negocio de una cierta viabilidad.
La pregunta que debemos hacernos es ¿son éstos los únicos riesgos relacionados con la aventura de crear nuestro propio negocio?
Como mentor, me veo en la obligación de ser totalmente honesto con aquellas personas que quieran emprender, por lo que mi experiencia como emprendedor, durante más de 20 años, me lleva a responder “No”.
Si queremos tener una mínima tranquilidad a la hora de crear una empresa propia -y un/a autónomo/a no deja de ser una empresa- recomiendo que se tengan en cuenta las siguientes consideraciones para emprender de forma segura:
Como emprendedores, nuestra capacidad de racionalizar la realidad puede sufrir una importante disminución, al verse sustituida por la enorme ilusión que ponemos en nuestro proyecto. Esto nos impide ver posibles peligros relacionados con el negocio como, por ejemplo, las crisis económicas en las que nos hemos visto envueltos o, simplemente, que pueda aparecer una importante competencia en el mercado.
En el caso de que el proyecto no salga bien, por cualquier motivo, ¿nos vamos a jugar todo nuestro capital, patrimonio, tiempo, o incluso las relaciones con los demás, como en la ruleta de un casino?
Debemos hacer una valoración de riesgos antes de lanzarnos a fondo con nuestro proyecto, estudiando los costes que podemos tener (no sólo económicos, sino también en horas de dedicación, pérdidas personales, etc.) y, si creemos que pueden ser asumibles, incluso en el peor de los escenarios, podremos buscar formas de financiación que no pongan en peligro nuestro patrimonio.
Si el proyecto es realmente interesante, y está bien planteado, encontraremos las fórmulas adecuadas para emprender con seguridad, protegiendo nuestro futuro y el de nuestros seres queridos.
Al contrario de lo que los emprendedores solemos pensar, el hecho de encontrarnos en el núcleo de la empresa es, precisamente, lo que puede ocasionar que tengamos una perspectiva más reducida de la situación global en la que se encuentra.
Las distancias cortas las controlamos muy bien, pero nuestra visión se desenfoca al intentar mirar un poco más allá porque, como se suele decir, “el árbol no nos deja ver el bosque”.
Esto es algo que nos ocurre a todos: contamos con muchos conocimientos técnicos sobre el producto o servicio que ofrecemos, pero existen multitud de factores externos que otras personas de nuestro entorno es posible que contemplen con una visión más amplia y libre de condicionantes emocionales que la que tenemos nosotros.
¡No debemos despreciarla!
Problemas con los mercados, perjuicios que nos pueden ocasionar ciertos clientes o proveedores, posibles problemas financieros, competidores a los que infravaloramos, etc., son factores que debemos tener en cuenta -de manera objetiva- para emprender con seguridad, y no solamente saber gestionar el día a día de nuestra empresa.
Un error muy extendido entre los que queremos emprender un negocio es confundir “realismo” con “pesimismo” o “negatividad”, lo cual no puede estar más lejos de la verdad.
Ser realista significa disponer de la capacidad para analizar los pros y los contras que puedan existir en torno a nuestro proyecto, con ilusión, pero con la suficiente objetividad para anticiparnos, descubrir y gestionar los riesgos a los que nos podamos enfrentar, así como los puntos débiles que tenga nuestra propuesta.
Esto no es en absoluto negativo para emprender un negocio, sino todo lo contrario, ya que nos puede ayudar a hacerlo de forma mucho más segura y viable, tanto a medio como a largo plazo.
¿Acaso no es mucho más seguro arrancar de un punto de partida más sólido, con menos incertidumbre y mejor preparados para los inconvenientes que nos vamos a encontrar en el camino?
En nuestro país, según los datos más recientes de EUROSTAT (Oficina Europea de Estadística), el 47 % de los autónomos sin empleados fracasa a los 3 años y el 62 % lo hace a los 5 años
¿Queremos formar parte de estas estadísticas?
He dejado para el final este aspecto porque, por mi propia experiencia, creo que tiene una importancia capital pero, sin embargo, no suele tener cabida en las formaciones para futuros emprendedores.
Nuestra pareja, nuestros hijos, así como la familia y los amigos, son personas que necesitamos tener cerca porque “no sólo de trabajo vive el hombre”, o la mujer.
Cuando emprendemos, necesitamos su apoyo y afecto para soportar los altos niveles de tensión que nos puede causar nuestro negocio.
Además, todas estas personas de nuestro alrededor se van a ver afectadas, en mayor o menor medida, por el nuevo proyecto que vamos a comenzar y se merecen que los tengamos especialmente en cuenta, si no queremos sufrir desagradables consecuencias.
Llegados a este punto, voy a pedir un favor al lector o lectora, de emprendedor a emprendedor:
no te auto-engañes diciéndote que “esto no me va a pasar a mí”, porque te va a pasar si no tienes en cuenta esta regla que, a muchos otros que creamos nuestros negocios, nadie nos explicó.
Para emprender con seguridad es muy importante acordar unos pactos de mínimos, respecto a la dedicación que les vamos a prestar, con todas esas personas que conforman nuestra red afectiva,
¡y cumplirlos!
Si no lo hacemos, lo que puede ocurrir es que llegue un momento en el que su pérdida de confianza en nosotros, y en nuestro proyecto, sea irreversible y se deterioren esas relaciones que tanto necesitamos.
En todo caso, también podemos ver este aspecto desde una perspectiva mucho más «práctica».
Por ejemplo, el hecho de quedar con los amigos con cierta regularidad es una medida muy eficaz para reducir nuestros niveles de estrés, lo que no sólo nos ayudará a conservar las amistades sino que contribuirá a cuidar nuestra salud, tanto física como mental y emocional, despejando de vez en cuando el cerebro de preocupaciones y facilitando las conexiones neuronales que provocan la creatividad necesaria para una mejor resolución de problemas.
no basta con tener una buena idea, ilusión y conocimientos; necesitamos también considerar otros factores que pueden ser tan importantes como esos, sino, más aún.
¿Tienes una idea de negocio, pero no sabes cómo desarrollarlo de la manera más segura posible?
Los procesos personalizados de Mentoring te pueden ayudar a conseguirlo.
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El 89% de las empresas españolas son familiares, según el último estudio del EAE Business School. Esto equivale a 1,1 millones de empresas.
En muchas comunidades, ese porcentaje llega a superar el 90%, cómo por ejemplo en Castilla-La Mancha ronda el 94%-, mientras que Cataluña, País Vasco y Madrid son las regiones con menos empresas de esta categoría, aunque en todas ellas superan el 84%. Esto se debe a que en estas tres últimas comunidades es donde se observa un porcentaje más alto de multinacionales e inversión extranjera.
En España, estas compañías generan el 58% del PIB y ocupan a más de 6,58 millones de trabajadores.
Ante estos datos ¿Cómo es posible que sólo el 2,6% de compañías de carácter familiar consiga superar la cuarta generación? (según datos del Instituto de la Empresa Familiar (IEF))
Durante la vida vamos evolucionando mediante procesos de aprendizajes, gateamos, andamos, corremos y podemos llegar a ganar carreras si nos entrenamos. Para todas y cada una de las acciones debemos seguir unos pasos fundamentales: identificación del objetivo, planificación y ejecución.
Crecemos acompañados de maestros o mentores, ya sean surgidos del entorno familiar o personas que hemos buscado fuera de este, que nos acompañan, nos guían y nos ofrecen sus vivencias. Nos enriquecen y nos ayudan, junto con nuestro esfuerzo y estudio, a modelarnos y crear nuestros valores fundamentales como personas
Cada uno de nosotros tenemos un método en la toma de decisiones. Con el tiempo se puede incluso desarrollar sistemáticas, pudiendo añadir sistemas aprendidos para mejorar los propios en busca de seguridad, intentando ganar rapidez, y creando las estructuras de decisión, secuencial y de repetición utilizadas en programación.
Esta sistemática la tienen muy interiorizada los empresarios, pero hay algunas situaciones para las cuales no nos han entrenado, ni han descubierto estructuras tipificadas para aplicar, y bajo mi punto de vista el relevo generacional es una de ellas. Puede ser este uno de los motivos por lo que la cifra de éxito es tan baja.
La complejidad en el relevo se debe, entre otras cosas, a la dificultad de tomar estas decisiones con objetividad, ya que afecta al nivel interno de la persona y al ámbito familiar, además las situaciones que se viven son particulares y difícilmente se repiten generacionalmente, por lo que nuestros maestros no nos han entrenado.
Por otro lado, no es tarea fácil aceptar el nuevo papel al que queda relegado el empresario cuando ejecuta el traspaso de la empresa. ¿Se ha preparado para esto? ¿Ha pensado cuál es la mejor manera de hacerlo? ¿Qué lugar ocupará en la empresa? Estos son pasos que sabemos que tenemos que hacer, conocemos la dificultad que otros empresarios han tenido, y todo ello hace que no encontremos ni el momento ni la manera de hacer el relevo, y por esto lo posponemos.
Actualmente el Mentoring directivo aplica un proceso de acompañamiento al empresario y a su entorno, que facilita y ayuda desde el inicio, en la toma de decisión por parte del empresario, aportando objetividad.
Cuando pensamos en preparar el relevo de la empresa buscamos un abogado, quien nos dibuja el perímetro de nuestra empresa, desde un punto de vista jurídico, nos propone realizar un Protocolo Familiar (Empresa, familia, Gobierno de la empresa, derechos económicos), sabemos cuál es nuestro objetivo, pero no sabemos cómo llevarlo a cabo, ni cuándo.
El proceso será muy profesional, se realizará en tiempo y forma, pero carecerá del aspecto más importante para que tenga éxito: la preparación y respuestas a las demandas familiares que se plantean.
A modo de ejemplo, algunas de las dudas que con asiduidad surgen pueden ser: ¿Quién es la persona más adecuada que me releve?, ¿por qué no a mi hijo o a otra persona?, ¿por qué cerrar el acceso de los familiares a la empresa?, ¿Cómo identificar el perímetro familiar? ¿Qué empresa quiero dejar? ¿Cómo quiero que evolucione? ¿En qué momento debo dejar el liderazgo?
La respuesta a cada una de estas preguntas normalmente genera una nueva pregunta, que conduce a un proceso de autoconocimiento y preparación.
A través del Mentoring, y utilizando las respuestas a las anteriores preguntas, se pretende identificar las cualidades de las personas buscando constantemente su bienestar, mediante los tres motores que la impulsan: la capacidad (potencial), la pasión (motivación) y el compromiso (propósito).
Sólo se alcanza el resultado cuando somos capaces de identificar a cada uno de los componentes que implica el relevo generacional, sus capacidades, que papel hemos acordado debe jugar cada uno y en qué momento tienen que producirse las acciones.
En algunas ocasiones estos procesos nos pueden conducir a la conclusión que no debemos hacer un relevo generacional dentro de la familia, sino una venta o una cesión, a cambio de la supervivencia de la empresa. Si optamos por el relevo para la continuidad del negocio, fuera del entorno familiar, o lo que para mí seria la reempresa, como salida al relevo generacional, las estadísticas con el tiempo mejorarán.
Es en este momento cuando los abogados deben desarrollar el Protocolo Familiar, generando un relevo generacional, o una venta de una empresa para la implantación de la reempresa, siendo el empresario quien dirige la operación, que ha trabajado con su entorno, sus posibilidades y buscando la mejor salida al negocio que o ha creado o ha hecho crecer.
Si quieres que te acompañemos en el desafío podemos ayudarte en el proceso de decisión, poniendo a tu alcance nuestras herramientas y métodos.
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El mentoring educativo es una solución para reducir el fracaso escolar en jóvenes de 18 a 24 años. Es una relación para la transformación de alumnos, profesores y centros educativos.
La tasa de abandono escolar temprano en España en 2019, los jóvenes de entre 18 a 24 años que como mucho consiguen el título de la ESO, se situó en un 17.3%. Lejos del 15% que pedía la Comisión Europea en 2020 y por encima de la media europea del 11.9%.
Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, las zonas con mayor abandono se sitúan en Ceuta (24,7%), Baleares (24,2%) y Melilla (24,1%).
Le siguen Región de Murcia (22,6%), Andalucía (21,6%), Canarias (20,8%), Extremadura (20,5%), Castilla-La Mancha (20,2%) y Cataluña (19%). Y las que menos son Asturias (12,4%), Comunidad de Madrid (11,9%) y País Vasco (6.7%). Como se observa hay grandes diferencias entre comunidades autónomas y es mucho más alto entre hombres (21,7%) que entre mujeres (14%).
El informe anual de la UE “Education and Training Monitor” deja claro que aunque se ha pasado de un 30% de abandono escolar en 2013 al 17.3% en 2019, queda todavía mucho camino por recorrer para mejorar la situación de los más jóvenes.
El informe hace hincapié en la necesidad de mejorar la educación y su relación con la empresa:
El abandono escolar temprano debe combatirse a través de acciones que devuelvan a los jóvenes al proceso educativo. Hay que concienciar de las ventajas de seguir estudiando, reducir la repetición de curso e incentivar la FP. Para no tener una elevada proporción de universitarios que provoca una sobre cualificación para trabajos que no lo necesitan.
Las políticas públicas que se están llevando a cabo siguen esta premisa:
En Barcelona Mentoring creamos programas de mentoring educativo para reducir el abandono escolar centrados en tres puntos.
Crear programas para conseguir que los alumnos no abandonen la educación secundaria obligatoria. Formar a los nuevos docentes que deben aprender a comunicar e impulsar el talento de los alumnos. Y por último mejorar las habilidades de los docentes en activo, encargados de acompañar en la elección de itinerario formativo y profesional.
El Mentoring es una metodología cuyo objetivo principal es desarrollar el potencial de las personas, basada en la práctica conversacional y relacional entre dos personas,. El mentor/a guía, estimula, desafía y alienta a otra, el mentee, para maximizar el talento. Se trata de un modelo de desarrollo fundamentado en la transferencia de conocimientos y en el aprendizaje a través de la experiencia. Dentro de un proceso estructurado en el que se establece una relación personal, de confianza y aprendizaje mutuo.
El mentoring se centra en detectar capacidades para activarlas y desarrollarlas hasta convertirlas en competencias.
El mentoring educativo contra el abandono escolar que ofrecemos incide en:
Todo programa de mentoring se centra en un mentor y un mentee y en cuatro fases:
Un programa de mentoring educativo está en constante evaluación de los logros, de la manera de conseguirlo y de si el proceso le acerca o no al objetivo.
A nivel de centro educativo, aplicar un programa de mentoring para reducir el abandono escolar comporta beneficios:
La relación de mentoring es una relación para la transformación.
Parte de un punto y llega a otro distinto, completamente nuevo, un campo por explorar lleno de oportunidades que estaban escondidas.
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La COVID-19 ha llegado de repente, sin avisar, como un tornado transformando nuestras vidas de una forma única, inédita y nos ha cambiado nuestro habitual ritmo frenético por un parón obligado para todos. Esto ha sido algo impuesto que ha traído y traerá durante mucho tiempo graves consecuencias personales y profesionales para todos nosotros.
Nos ha evidenciado que las cosas pueden cambiar en menos de un segundo y cuando menos te lo esperas poniendo patas arriba nuestras prioridades. Un tiempo que nos invita a la reflexión, a revisar nuestra dirección, ver si estamos alineados con nuestros valores, reencontrar nuestra esencia y ver si queremos hacer algún reajuste. ¿Has pensado en el mentoring en tiempos de COVID-19?
Nosotros no hemos podido elegir esta situación pero lo que sí podemos hacer es decidir cómo afrontamos esta situación.
Elegir la actitud que tenemos eso sí depende de nosotros y decidir hacia dónde ponemos la mirada a partir de ahora. Ahora no tenemos excusa porque disponemos de tiempo, mucho tiempo para poder poner el foco mirando hacia nuestro interior.
Si has llegado aquí es probable que el Coaching y el Mentoring despierten cierto interés en ti. Mucho se habla de estos dos conceptos y a veces es difícil tener claro qué elementos comparten y qué elementos les diferencian.
Ambos procesos son procesos de diálogo y de acompañamiento con el fin de conseguir dar voz y subir el volumen de nuestra voz interior y conocer nuestro propósito y nuestra orientación. Como si de magia se tratase es conseguir sacar a flote las partes invisibles de tu interior para lograr un objetivo.
¿Te animas a aprovechar esta crisis para cambiar la mirada y poner rumbo hacia tu interior?
Veamos algunas definiciones sobre los conceptos clave Coaching & Mentoring así como las similitudes y diferencias entre ambos.
Definición del Coaching según Jaci Molins: “es un proceso de cambio personal que ayuda a pasar de una situación actual a una deseada”.
Josep O’Connor y Andrea Lages dicen que el coaching “trata del cambio, de cómo hacer cambios. El coach es un mago del cambio que toma las cartas que tienes y te ayuda a jugarlas mejor, a cambiar las reglas del juego, o a encontrar un juego mejor”. “El coaching trata de cómo convertir tus sueños en realidades. El coaching trata con objetivos y logros concretos. Vincula el mundo de los sueños con el de las realidades”.
La definición de Mentoring de Francisco Giménez Plano y Luis Ezcurra de Alburquerque dice que “Es un proceso en el que una persona (mentee) es guiada o acompañada en su desarrollo profesional por otra (mentor) de mayor experiencia o conocimientos.”
Para Barcelona Mentoring, el mentoring es un proceso conversacional por el cual una persona, en el rol de mentora, ayuda (compartiendo conocimientos, experiencias…) a otra, en el rol de mentee, a tomar consciencia de sus capacidades y a aprender los mecanismos por los cuales puede transformar (por sí misma) su potencial en talento.
Tras revisar algunas definiciones puede ser que todavía no tengas claro qué tienen en común estos dos procesos. El coaching y el mentoring son herramientas basadas en el diálogo a través de las cuales acompañamos a las personas a descubrir su potencial y talento a través de sacar a relucir sus propias fortalezas y recursos, descubrir las creencias y potenciar las habilidades.
El método que se utiliza en ambas es hacer preguntas poderosas. La escucha activa y la observación serán de gran relevancia en ambos para acompañar a las personas en el propio viaje del autoconocimiento.
En ambos casos el coach o el mentor a través de la palabra tiene la habilidad de hacer de espejo para que el coachee o mentee acceda a su interior y haga visible lo invisible y pueda ver todo lo que no se ve a primera vista.
“Lo esencial es invisible a los ojos” es una frase muy conocida por todos nosotros del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry.
Soy una enamorada de “El Principito”, es uno de mis libros preferidos pero justamente esta frase da en la clave de ambos procesos.
Para ello, necesitaremos de algunos elementos básicos para crear el clima adecuado para llegar a esa zona interior y es importante crear la alianza entre coach & coachee – mentor & mentee, establecer un marco de confianza y respeto como base de todo el proceso.
Algunas habilidades serán los condimentos ideales para poder desempeñar ambos procesos como son la comunicación, la observación y el feedback que permitirán ahondar en esa dimensión privada que guarda las creencias, las emociones, los sueños, los objetivos, los propósitos, la esencia y hasta la vocación.
Ambos procesos son flexibles a las necesidades del coachee &/o mentee y por tanto, ambos procesos pueden desarrollarse de forma presencial u online. Este último canal es poderoso en un momento como el actual, donde las barreras y los impedimentos no nos permiten salir de nuestra casa y/o de nuestra zona de confort, pero que eso no impide que podamos salir de ella, y abrir nuevos caminos hacia dónde quiera el coachee y/o mentee que le lleven.
¿Cómo puedes saber si te interesa más el Coaching o el Mentoring? Veamos que les diferencia.
Del coaching seguro que has oído hablar mucho y quizás del mentoring no hayas oído tanto. Puede ser que pienses que se tratan de lo mismo pero hay algunas diferencias entre ambos.
El coaching es un proceso estructurado que se centra en el hacer y por tanto, en la tarea. El mentoring se focaliza en el ser con un trasfondo que busca el aprendizaje del mentee.
El coaching se enfoca en el logro de objetivos específicos. En el mentoring, la agenda la marca el mentee poniendo en foco en la carrera y el desarrollo personal y profesional. La experiencia y el conocimiento del mentor serán valiosos para el desarrollo del proceso. Tanto es así que en este caso sí que el mentor podrá brindar consejos al mentee si así lo requiere o específicamente los demanda. En el coaching el coach hará de espejo para el coachee y dejará totalmente de lado su punto de vista para no condicionar el proceso.
En el coaching, el coach no hace falta que sea experto en la temática que se aborda, sino que es crucial el dominio y la habilidad la técnica del coaching. Sin embargo, para el mentoring es clave el expertise del mentor y es lo que aportará valor al proceso.
En el coaching, las preguntas las hace principalmente el coach y el coachee es el que responde. En el mentoring es habitual que las preguntas se hagan en ambas direcciones para transmitir información, conocimientos, expertise o lo que el mentee precise.
A modo de conclusión, hay millones de definiciones de Coaching & Mentoring que puedas encontrar a golpe de click, y por supuesto, me haya dejado muchas similitudes y diferencias entre ambas, ya que mi intención principal con este artículo era reflexionar acerca de dos herramientas que pueden ser muy útiles en un momento histórico como el que estamos viviendo todos juntos en esta primavera de 2020 tan atípica.
Es un desafío que puede ayudarnos a descubrir qué es realmente lo esencial para cada uno de nosotros, descubrir nuestra vocación y motivaciones para llevarnos a la acción y aprovechar este tiempo que tenemos con entusiasmo y pasión para reinventarnos y transformarnos.
¿Hablamos? Mentoring en tiempo de COVID-19
Bibliografía
Joseph O’Connor y Andrea Lages. (2010). Coaching con PNL. Guía práctica para obtener lo mejor de ti mismo y de los demás. Página 23. Editorial Urano. ISBN: 978-84-7953-586-5
Jaci Molins Roca. (2010). Coaching y Salud. Pacientes y médicos una nueva actitud. Página 28. Plataforma Editorial. ISBN: 978-84-96981-97-3
Francisco Giménez Plano y Luis Ezcurra de Alburquerque. (2016). Smart Mentoring. Una metodología para el desarrollo estratégico del talento. Página 31. FC Editorial. ISBN: 978-84-16671-16-8
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Ya no resulta extraño hablar de ecología emocional, de emociones tóxicas o de sostenibilidad en nuestra vida y en nuestras relaciones. Un mentoring efectivo tiene en cuenta este contexto.
En una sociedad a la que le cuesta poner límites a un consumo exacerbado nos hemos acostumbrado a vivir por encima de nuestras posibilidades.
El equilibrio, la sostenibilidad, la moderación, la responsabilidad son valores a recuperar de forma consciente y decidida si queremos el mayor bien común.
El mentoring, como herramienta de acompañamiento y apoyo al crecimiento personal, entendido como desarrollo del potencial en talento, parte de unos principios de ecología en todos los niveles. Así, la conexión con estos principios es un punto de partida esencial para un acompañamiento sostenible y efectivo.
La salud de una persona es holística. Por lo tanto, el cuidado de los demás y el autocuidado de uno mismo incluyen de forma activa el cuerpo, la mente, el corazón y el alma, o lo que es lo mismo, la salud física, mental, emocional y espiritual.
Es por ello que una emoción mal gestionada puede causarnos una enfermedad que se exprese en nuestro cuerpo físico. O la famosa frase que conocemos desde pequeños: “la cara es el espejo del alma”.
Alinear lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos nos hace ser coherentes, y sólo siendo coherentes con nosotros mismos podemos estar en equilibrio.
El mentoring es una relación de ayuda, de aprendizaje y de transformación.
Se basa en una serie de principios que hacen de éste un proceso especialmente enriquecedor, tanto para la persona mentorizada como para el mentor o mentora.
Poner consciencia en la gestión emocional de la relación representa un paso esencial en el desarrollo de un proceso de mentoring valioso.
¿Cuáles son los principios de gestión emocional en los que hay que poner foco? Pon atención especial en los que describo a continuación.
A veces esperamos que sean los demás quienes nos rescaten de las situaciones complicadas que vivimos. Y, a veces, lo hacen. Sin embargo, el aprendizaje está en ser capaces de trascender las situaciones por nosotros mismos, con ayuda, pero por nuestro propio pie.
A veces, encontramos personas que llevan media vida buscando soluciones y no las encuentran, van a conferencias, asisten a talleres, y parece que nada les funciona. Tal vez el foco no está puesto en ellas mismas, tal vez esperan que la solución les llegue de fuera. Tal vez creen que alguien les proveerá de un elixir de la felicidad y podrán resolver de por vida sus cuitas.
Por experiencia, sé (y tú también lo sabes) que la ayuda viene de mí misma. Otras personas me inspiran, aprendo de ellas, son un modelo para mí, son mis mentores. Pero el cambio real y verdadero, la transformación, surge de mi interior.
“Si caminas solo, irás más rápido; si caminas acompañado, llegarás más lejos” ─Proverbio chino
Es fácil caer en una dependencia y no darnos cuenta. Hay quienes, en lugar de dependencias, hablan de ‘relaciones especiales’. Estas relaciones especiales pueden establecerse con otras personas, pero también pueden aparecer en relación con objetos, con experiencias pasadas, o con expectativas de futuro. Y es que las dependencias a veces no son tan claras ni tan fáciles de identificar.
En una relación de mentoring efectiva y saludable, la persona mentora tiene especial cuidado en no generar una relación de dependencia. Respetar la autonomía de la persona mentorizada es asunto crucial.
Trasladar herramientas para su autogestión, para la toma de decisiones de forma libre, independiente y madura proporcionan al mentee o a la mentee el aprendizaje y el desarrollo en un punto más elevado. Le permiten subir un escalón por sí solo y crear recursos nuevos que, sumados a los que ya trae, le permiten avanzar con autonomía.
La diferencia suma. Tras esta aparente contradicción, se esconde una certeza. Tan solo el miedo a lo nuevo, a lo distinto nos impide verla. La cantidad de matices que reflejamos como personas poliédricas que somos abarcan un amplio espectro de colores.
Metáforas aparte, la diversidad nos aporta perspectiva y flexibilidad mental, nos ayuda a progresar. Respetar las opiniones ajenas, y empatizar desde la comprensión profunda y la compasión nos enriquece como seres humanos.
Ver y sentir a la otra persona como un ser en todas sus dimensiones, digno de respeto y amor, facilitará el poder entablar una relación auténtica, de corazón con él o con ella. Y desde ese lugar, el proceso de mentoring dará sus frutos con abundancia.
Los seres humanos somos sociales por naturaleza, y una de las principales fuentes de nuestro aprendizaje reside precisamente en la interacción social.
En una relación de mentoring, cuando la intención del mentor o mentora es una intención consciente de sostén y ayuda, que parte de su interior esencial, y es una intención generosa, desde el respeto y el compromiso, surge un poder, una fuerza, un impulso que mueve a la acción, al cambio, a la transformación.
La generosidad inteligente se basa precisamente en eso: en una intención profunda de dar, pero de dar lo que corresponde, y de la forma en que corresponde para bien del mentee o la mentee. No es un dar por dar, o un dar desde el ego, desde una posición superior arrogante, no, no es eso. Es un dar inteligente, adecuado, oportuno al momento, desde una generosidad auténtica y sentida. Con una intención real de hacer el bien.
“Es más feliz quien da que quien recibe”
Ejercitar la autoconciencia es necesario para mantener el equilibrio emocional.
Conocer el poder de la energía que irradias desde tu ser y proyectas en los demás, de la influencia que ejerces con tu actitud, y decidir actuar con responsabilidad al respecto, te proporcionará paz.
Decir no a los ladrones de energía, y aparcar compañías, hábitos, actividades y pensamientos tóxicos, que nos lastran y nos desmotivan, es un compromiso que debes tomar contigo mismo.
Cultivar las emociones positivas, una mirada limpia ante la vida y una actitud de aprendizaje continuo, de exploración y de asombro ante lo cotidiano te mantendrá las pilas cargadas.
Tomar consciencia de estos detalles y la práctica de una gestión emocional inteligente en la que tú decides cómo quieres vivir tu realidad te ayudará a dar un gran paso en el manejo de tu vida.
Las emociones en sí no son ni buenas, ni malas. Tan sólo son útiles. Son herramientas a nuestra disposición para emplearlas en el sentido y con las consecuencias que decidamos.
¿Cuán conectado estás con tu propósito?
La ecología emocional se conecta a una vida con sentido, al nivel de conciencia que tenemos sobre el sentido de lo que hacemos y el para qué lo hacemos.
El propósito es fuente inagotable de motivación y energía para la acción. Del propósito emana la perseverancia, la resiliencia y el gozo de hacer lo que hacemos y de estar donde estamos. La conexión con el propósito es el cordón umbilical que nos une a la fuerza del universo, y por el que nos llega la luz que nos indica el camino.
“Solo se vive una vez, pero una vez es suficiente si se hace bien.” ─Victor Kuppers
La relación de mentoring es una relación para la transformación.
Parte de un punto y llega a otro distinto, completamente nuevo, un campo por explorar lleno de oportunidades que estaban escondidas.
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Para Barcelona Mentoring, el mentoring es un proceso conversacional por el cual una persona, en el rol de mentora, ayuda (compartiendo conocimientos, experiencias…) a otra, en el rol de mentee, a tomar consciencia de sus capacidades y a aprender los mecanismos por los cuales puede transformar (por sí misma) su potencial en talento.
Cuando este proceso se lleva a cabo de una manera estructurada y siguiendo una metodología concreta, hablamos de mentoring formal.
Barcelona Mentoring nace en el 2017 con un doble propósito:
1. Ofrecer servicios de Mentoring ejecutados por mentores y mentoras profesionales con capacitación avalada, además de por su experiencia, por certificaciones, en competencias específicas, de entidades de referencia tanto a nivel nacional como internacional.
2. Investigar, difundir, capacitar y consolidar, desde entornos profesionales (o profesionalizados), la práctica del Mentoring como mecanismo facilitador para que las personas aprendamos a aprender por nosotras mismas, incorporando de manera proactiva nuevas competencias que nos ayuden no solo a sentirnos más capaces y autosuficientes sino además, a querer compartirlo, generando así, entornos sostenibles tanto a nivel profesional, como personal y social.
Asumir el rol de mentor o de mentora, ya sea de manera voluntaria o remunerada, es un acto de responsabilidad y por encima de todo, de generosidad interesada.
Quien mentoriza ha de ser consciente de las implicaciones que sus palabras y sus actos pueden tener en la persona mentorizada (en adelante, la mentee). A la vez, es necesario observarse y tomar consciencia de los recursos personales puestos a disposición de esta para tangibilizar lo que, como mentor/a, ha sido mejorado (respecto una percepción anterior) y aquello que todavía puede ser objeto de mejora. Un proceso de mentoring es pues, un proceso de co-aprendizaje.
El conocimiento compartido por el/la mentora ha de estar orientado a la acción y no a la conceptualización teórica (o absoluta). Es la mentee quien ha de definir y concretar, CÓMO pasar a la acción de una manera adaptada a su circunstancia (recursos, competencias, motivaciones, valores, necesidades, etc.) para alcanzar su o sus objetivos. Por lo tanto, es necesaria en el/la mentora, la intencionalidad consciente de cómo compartir un conocimiento.
Los conceptos “dato”, “información” y “conocimiento” pueden confundirse en el ejercicio práctico de compartir experiencias cuando la intención es que otra persona se pueda beneficiar.
Un dato según el Diccionario Inverso de la Lengua Catalana es, entre otros, “algo dado o admitido, aquello sobre lo qué es fundado un argumento, una inferencia o un sistema; la representación convencional de la información porque pueda ser tratada en un proceso informático o en un sistema automático en general”.
La información son “datos organizados de una manera comprensible que permiten ampliar o precisar los conocimientos que ya se tienen sobre una materia determinada”. Se puede describir como un mensaje legible o audible que tiene un emisor y un receptor. A diferencia de los datos, la información tiene un significado relevante y un propósito (Diezgranados, 2016).
Definir conocimiento no es fácil. De hecho no existe una única definición. Hay autores (Gasparotto & De Prado, 2011: 107) que diferencian entre conocimiento explícito y tácito.
El conocimiento explícito es aquel que puede ser mostrado por medios escritos, verbales o visuales y concretados en un texto,una fórmula o un esquema o proceso.
El conocimiento tácito es aquel vinculado a experiencias, intuiciones, percepciones, habilidades y competencias (técnicas o transversales) que por un lado, nos permiten construir la (nuestra) realidad y que por otra, es muy difícil de transmitir sin desvincularlo de nuestras creencias, prejuicios y supuestos. y cuando intentamos “traducirlo” a palabras (ibídem : 108).
El conocimiento tácito se mantiene en forma no verbal y es en su transmisión del mentor/a a la mentee donde Barcelona Mentoring pone énfasis al considerar que de no hacerse un uso consciente de “cómo” es transmitido (verbalizado), puede ser percibido como “absoluto” (“el único verdadero”). Siendo así, no se estaría ayudando a la mentee a aprender y decidir por sí misma sobre su objetivo, sino a dirigirla hacia una única opción que no necesariamente porque fue válida para el mentor/a, lo tenga que ser para ella.
Las dificultades para compartir conocimiento están relacionadas con las percepciones y el lenguaje (Gasparotto & De Prado, 2011: 108) a pesar de que también con otros parámetros como: la personalidad de mentor/a y mentee, la relación entre ambas personas más allá de la relación mentor/a-mentee, la estructura del programa de mentoring, la capacitación del mentor/a en ámbitos de autoliderazgo, autoconocimiento, mayéutica, escucha activa, empatía, gestión de los propios prejuicios e incluso el interés (intención) del mentor/a en el ejercicio de este rol.
Reforzando lo anterior, Jaume Vallverdú citando a Edward Sapir (2008:20) sostiene que la lengua es un símbolo verbal de la relación humana que organiza la percepción de la experiencia imponiendo diferentes visiones del mundo. Y es en este “imponer” donde Barcelona Mentoring considera que el/la mentora tendría que intervenir de manera consciente a fin y efecto de minimizar o incluso eliminar, cualquier posibilidad de uso inconsciente de poder.
Una de las premisas de todo proceso de mentoring es el auto empoderamiento de la mentee.
No generar dependencias. Para ello el proceso de conversación entre mentor/a-mentee requiere una relación entre iguales no solo supuesta sino de facto.
Diezgranados, Néstor (2016). “Diferencia entre dato, información y conocimiento”. En Estrategia y Negocios, revista digital. [Fecha de consulta: 15/03/2020]
Gasparotto, Luis María & De Prado, Roberto (2011). “Mentoring, estrategia clave para la gestión del conocimiento”. En APORTES y de la Comunicación y la Cultura Núm. 15 – Febrero 2011. Págs. 105-118.
Vallverdú, Jaume (2008). “La teoría del símbolo y la cultura”. En Vallverdú, Jaume. Antropología simbólica. p. 13-33. Barcelona: UOC, 2008. ISBN 9788497884419.
Otras fuentes:
Font: https://dilc.org/dada/ [Fecha de consulta 15/03/2020]
Font: https://dle.rae.es/informaci%C3%B3n [Fecha de consulta 15/03/2020]
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