De un tiempo a esta parte, no dejan de bombardearnos con información respecto a que crear nuestro propio negocio es la mejor salida laboral hoy en día, pero ¿acaso nos enseñan cómo emprender con seguridad?
En cuanto a los inconvenientes que nos podemos encontrar como emprendedores, las cuestiones sobre las que más se habla son el gran esfuerzo en horas de dedicación que supone, lo difíciles que pueden ser los comienzos y la financiación inicial, así como los planes de empresa que hay que realizar para dotar al negocio de una cierta viabilidad.
La pregunta que debemos hacernos es ¿son éstos los únicos riesgos relacionados con la aventura de crear nuestro propio negocio?
Como mentor, me veo en la obligación de ser totalmente honesto con aquellas personas que quieran emprender, por lo que mi experiencia como emprendedor, durante más de 20 años, me lleva a responder “No”.
Si queremos tener una mínima tranquilidad a la hora de crear una empresa propia -y un/a autónomo/a no deja de ser una empresa- recomiendo que se tengan en cuenta las siguientes consideraciones para emprender de forma segura:
Como emprendedores, nuestra capacidad de racionalizar la realidad puede sufrir una importante disminución, al verse sustituida por la enorme ilusión que ponemos en nuestro proyecto. Esto nos impide ver posibles peligros relacionados con el negocio como, por ejemplo, las crisis económicas en las que nos hemos visto envueltos o, simplemente, que pueda aparecer una importante competencia en el mercado.
En el caso de que el proyecto no salga bien, por cualquier motivo, ¿nos vamos a jugar todo nuestro capital, patrimonio, tiempo, o incluso las relaciones con los demás, como en la ruleta de un casino?
Debemos hacer una valoración de riesgos antes de lanzarnos a fondo con nuestro proyecto, estudiando los costes que podemos tener (no sólo económicos, sino también en horas de dedicación, pérdidas personales, etc.) y, si creemos que pueden ser asumibles, incluso en el peor de los escenarios, podremos buscar formas de financiación que no pongan en peligro nuestro patrimonio.
Si el proyecto es realmente interesante, y está bien planteado, encontraremos las fórmulas adecuadas para emprender con seguridad, protegiendo nuestro futuro y el de nuestros seres queridos.
Al contrario de lo que los emprendedores solemos pensar, el hecho de encontrarnos en el núcleo de la empresa es, precisamente, lo que puede ocasionar que tengamos una perspectiva más reducida de la situación global en la que se encuentra.
Las distancias cortas las controlamos muy bien, pero nuestra visión se desenfoca al intentar mirar un poco más allá porque, como se suele decir, “el árbol no nos deja ver el bosque”.
Esto es algo que nos ocurre a todos: contamos con muchos conocimientos técnicos sobre el producto o servicio que ofrecemos, pero existen multitud de factores externos que otras personas de nuestro entorno es posible que contemplen con una visión más amplia y libre de condicionantes emocionales que la que tenemos nosotros.
¡No debemos despreciarla!
Problemas con los mercados, perjuicios que nos pueden ocasionar ciertos clientes o proveedores, posibles problemas financieros, competidores a los que infravaloramos, etc., son factores que debemos tener en cuenta -de manera objetiva- para emprender con seguridad, y no solamente saber gestionar el día a día de nuestra empresa.
Un error muy extendido entre los que queremos emprender un negocio es confundir “realismo” con “pesimismo” o “negatividad”, lo cual no puede estar más lejos de la verdad.
Ser realista significa disponer de la capacidad para analizar los pros y los contras que puedan existir en torno a nuestro proyecto, con ilusión, pero con la suficiente objetividad para anticiparnos, descubrir y gestionar los riesgos a los que nos podamos enfrentar, así como los puntos débiles que tenga nuestra propuesta.
Esto no es en absoluto negativo para emprender un negocio, sino todo lo contrario, ya que nos puede ayudar a hacerlo de forma mucho más segura y viable, tanto a medio como a largo plazo.
¿Acaso no es mucho más seguro arrancar de un punto de partida más sólido, con menos incertidumbre y mejor preparados para los inconvenientes que nos vamos a encontrar en el camino?
En nuestro país, según los datos más recientes de EUROSTAT (Oficina Europea de Estadística), el 47 % de los autónomos sin empleados fracasa a los 3 años y el 62 % lo hace a los 5 años
¿Queremos formar parte de estas estadísticas?
He dejado para el final este aspecto porque, por mi propia experiencia, creo que tiene una importancia capital pero, sin embargo, no suele tener cabida en las formaciones para futuros emprendedores.
Nuestra pareja, nuestros hijos, así como la familia y los amigos, son personas que necesitamos tener cerca porque “no sólo de trabajo vive el hombre”, o la mujer.
Cuando emprendemos, necesitamos su apoyo y afecto para soportar los altos niveles de tensión que nos puede causar nuestro negocio.
Además, todas estas personas de nuestro alrededor se van a ver afectadas, en mayor o menor medida, por el nuevo proyecto que vamos a comenzar y se merecen que los tengamos especialmente en cuenta, si no queremos sufrir desagradables consecuencias.
Llegados a este punto, voy a pedir un favor al lector o lectora, de emprendedor a emprendedor:
no te auto-engañes diciéndote que “esto no me va a pasar a mí”, porque te va a pasar si no tienes en cuenta esta regla que, a muchos otros que creamos nuestros negocios, nadie nos explicó.
Para emprender con seguridad es muy importante acordar unos pactos de mínimos, respecto a la dedicación que les vamos a prestar, con todas esas personas que conforman nuestra red afectiva,
¡y cumplirlos!
Si no lo hacemos, lo que puede ocurrir es que llegue un momento en el que su pérdida de confianza en nosotros, y en nuestro proyecto, sea irreversible y se deterioren esas relaciones que tanto necesitamos.
En todo caso, también podemos ver este aspecto desde una perspectiva mucho más «práctica».
Por ejemplo, el hecho de quedar con los amigos con cierta regularidad es una medida muy eficaz para reducir nuestros niveles de estrés, lo que no sólo nos ayudará a conservar las amistades sino que contribuirá a cuidar nuestra salud, tanto física como mental y emocional, despejando de vez en cuando el cerebro de preocupaciones y facilitando las conexiones neuronales que provocan la creatividad necesaria para una mejor resolución de problemas.
no basta con tener una buena idea, ilusión y conocimientos; necesitamos también considerar otros factores que pueden ser tan importantes como esos, sino, más aún.
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